Cuando me formé como panadero en el Tirol del Sur durante los años 90, aprendí algo que me marcó para siempre: el buen pan es salud, tradición y respeto por el tiempo.

Allí el pan era mucho más que un alimento.

Era cultura, era familia, era esencia. Aprendí a trabajar con fermentaciones largas, con masa madre viva, con paciencia y con las manos.

Cuando me mudé a Tenerife, quedé fascinado por la cocina local: sabores potentes, ingredientes frescos, recetas con alma.

Pero al mirar el pan, me di cuenta de que algo faltaba.

Mucho del pan que se vende es industrial, con aditivos, mejorantes y muy poco carácter.

Sabía que tenía que recuperar lo que había aprendido años atrás.

Así nació la idea de crear Panadería El Grano, en el pequeño y acogedor pueblo de Tegueste.

Un lugar donde el pan vuelve a ser pan:

Hecho a mano

Con masa madre natural

Sin químicos ni levaduras industriales

Fermentado lentamente durante muchas horas

En El Grano no buscamos atajos. Buscamos sabor, digestibilidad y autenticidad.

Queremos que el pan alimente de verdad, que se sienta, que huela y hablen los aromas.

Una de nuestras mayores alegrías es ver cómo nuestro pan llega a las mesas de personas que lo valoran.

Un gran ejemplo es La Baranda brunch un local en El Sauzal.

Con su ya famosa tostada, transforma una simple rebanada en algo extraordinario: combinaciones frescas, coloridas, creativas y sabrosas, que conquistan a quien las prueba.

Y si lo haces con el espectacular paisaje del norte de Tenerife frente a ti… la experiencia es completa.

Hacemos pan como se hacía antes.

Con manos, con alma y con tiempo.

Para nutrirte, para disfrutarlo y para compartirlo.